Análisis iconológico a la obra “nocturna” de patricia sánchez Saiffe

Análisis iconológico a la obra “Nocturna” de la pintura Patricia Sánchez Saiffe.

Trabajo elaborado en mayo de 2021 para la materia Análisis Conceptual de la Obra de Arte, maestra Patricia Cisneros, CUAAD, Universidad de Guadalajara.

En la obra podemos ver el retrato al óleo en un lienzo rectangular, proporción 2:3, formato vertical y en plano cerrado de una mujer de edad adulto-joven, de tez blanca, de frente y con su rostro ligeramente inclinado hacia su izquierda. Cabello lacio y suelto que llega aproximadamente a los hombros, oscuro y que el tono del mismo se pierde entre el fondo de la pieza que también es oscuro, casi negro y que no es fácil distinguir en donde termina el cabello e inicia el fondo. Su rostro es delgado, está iluminado al parecer por una sola fuente de luz blanca, lateral y suave que ilumina en mayor medida el lado izquierdo y que se difumina hacia tonos oscuros en su lado derecho por lo que se aprecia menos las facciones de este lado del rostro. Tiene la frente amplia y por estar ocultas, apenas se distinguen sus cejas oscuras, arqueadas y no muy pobladas. Sus ojos son grandes pero están cerrados y solo podemos apreciar sus párpados maquillados de un tono gris oscuro cercano al negro y al final de ellos sus pestañas negras. Su nariz es delgada y recta, sus labios delgados y de de color rosado, su cuello, aunque se aprecia poco, es delgado y largo y les evidente que ella es de complexión delgada.

En la imagen podemos observar seis polillas nocturnas de color negro, de distintas especies y por los claroscuros de la obra, son poco perceptibles sus detalles; están posadas en distintas partes del rostro: una de las mas grandes, de las que se aprecia más detalle y que por lo mismo se puede identificar su especie: Ascalapha odorata, cubre gran parte de la frente en su lado derecho así como la ceja derecha; otra más pequeña está colocada sobre el pómulo derecho y por efectos del claro-oscuro se aprecia poco; otra, también pequeña, cubre la ceja izquierda; otra más, de tamaño pequeño, cubre la parte de la boca y la mejilla derecha y en la cual se aprecia también poco detalle; otra esta en la mejilla izquierda y una más, también de gran tamaño, se coloca al frente del hombro izquierdo.

Iconográfico

La pieza titulada “Nocturna” de la pintora tapatía Patricia Sánchez Saiffe es un autorretrato y es a si misma a quien ha querido interpretar, en cierto sentido es una obra que su finalidad fundamental es expresar lo que pasa en su vida y la pintura es en si misma una manifestación de sus emociones, la percepción de su realidad y de lo que ella proyecta como ser humano.

Podemos apreciar su rostro sereno, confiado e introspectivo, es el rostro de una mujer que se ha enfrentado a problemas, a temores y a circunstancias difíciles y en esta vez, ella muestra ante todo una paz auténtica en este proceso de autoconocimiento y aceptación plena a la vida y a sus vicisitudes; sus ojos cerrados nos sugieren que su atención está puesta en algún sitio oscuro y misterioso de su interior, del mismo sitio del que proviene su fuerza, su serenidad y su sabiduría.

Su rostro y parte de su cuerpo están cubiertos de distintas especies de polillas nocturnas que son polinizadores y cumplen una función importante en la cadena de la vida. Las especies nocturnas polinizan flores que se abren de noche. Los adultos obtienen su alimento del néctar de las flores más claras y de aroma intenso.

Pareciera que un su interior busca internarse en la noche y sus alas, en la noche como en la que habitan esas polillas que ahora se han posado en su rostro y que aunque son pequeños e inofensivos animales, en el imaginario popular no han sido vistos de esa manera. Como ejemplo, basta con mencionar que la polilla que posa en su frente representa a la especie conocida como Ascalapha odorata y que en diversas culturas ha sido relacionada con la muerte y el mal agüero, en el México prehispánico, sus nombres eran mictlanpapalotl (mariposa del país de los muertos), micpapalotl (mariposa de la muerte), miquipapalotl (mariposa de mala suerte) o tetzahupapalotl (mariposa del espanto). En inglés la llaman black witch (bruja negra) y hasta su nombre científico, Ascalapha odorata, proviene del demonio Ascálafo, el horticultor de Hades, el rey del inframundo en la mitología griega. Sin embargo, en su pintura, ella prefiere reconocer en ellas al suave aleteo de la noche.

Por encima de todo, la pintura desea representar los procesos personales de introspección hacia un interior que muchas veces es percibido como oscuro y misterioso, pero que en el fondo se encuentra la luz del autoconocimiento, luz que es difícil definir y medir en un mundo en que cada vez exige más certidumbre y precisión de la ciencia y tecnología y que sin embargo, en muchos de los casos, grandes sectores de la población viven perdidos en sus circunstancias y en la incertidumbre existencial.

Al final, son las propias palabras que escribió Patricia y que suelen acompañar a la pintura,las que mejor expresan la motivación que la llevó a pintar esta obra:

“La suave noche te cobije con sus alas…

En la oscuridad y misterio del interior es cuando encuentro la guía que me lleva a darle luz y transformar mis miedos en una caricia que me ofrezca un mayor conocimiento de mi misma.”

La obra está pintada al óleo sobre lino en soporte rígido, algo que cabe destacar es que a ella le gusta involucrarse en todas las etapas del proceso, desde el entretelado, hacer la imprimatura con media creta, y aunque utiliza algunos óleos ya preparados desde fábrica, también le gusta elaborar sus propios pigmentos, sobro todo en tonos especiales que difícilmente se encuentran en líneas industriales, sin embargo, hay que conocer las características del pigmento, tales como si es soluble, si tiende amarillear, si necesita algún tipo de aceite en particular así como algún tipo de secativo. Los pigmentos se preparan con una moleta de cristal y se envasan en tubo de aluminio hermético para que el oxígeno no seque u oxide la pintura.

La pieza en particular y su trabajo en general pertenece a la corriente figurativa y con un estilo realista. Su rostro, al ser un autorretrato, está fielmente representado, rico en detalle y con las proporciones correctas, se puede decir que es una obra que representa fielmente a la realidad.

En cuanto a la paleta de color, predominan los tonos cálidos en la obra en general, y encontramos una sutil presencia de tonos fríos y violetas entre otros se puede observar una riqueza de color principalmente en las áreas claras con lo que se consigue una representación muy fiel de la piel humana tanto de sus brillos, sombras, textura y matices debido a un muy buen manejo de las veladuras y transparencias.

En cuanto a la composición, se aprecia un retrato frontal en un lienzo vertical, de un plano cerrado en el que es visible el rostro, el cuello y un poco de los hombros. El rostro está ligeramente inclinado en su parte superior hacia la derecha del espectador y si trazamos una línea imaginaria al centro del rostro, tenemos una línea diagonal ascendente como eje central de la composición y que por las características de la iluminación en la que se utilizó una luz lateral, se puede observar una acentuada diferencia de tonos claros y oscuros entre ambos lados del mismo eje. La presencia de polillas oscuras sobre el rostro, principalmente de forma triangular o semi-triangular y de tono muy oscuro, se convierten en un elemento adicional que rompe con el esquema de un retrato tradicional, al ser de un tono oscuro como lo es el fondo y el cabello y al estar acomodadas de una forma aparentemente aleatoria, adquieren un protagonismo al mismo nivel que el rostro, elemento principal en la composición.

La iluminación proviene de una sola fuente de luz natural, blanca y suave; baña una parte del rostro y al ser lateral, se va oscureciendo gradualmente conforme se aleja de la fuente. Por las características de la escena, predominan las zonas sombreadas, siendo la parte iluminada proporcionalmente menor en relación a la superficie total de la obra y consiguiendo una marcado claro-oscuro.

Iconológico

Patricia Sánchez Saiffe, nació en Guadalajara, Jalisco, México a finales del siglo XX, creció siendo la tercera entre dos hermanos y una hermana, vivió junto con sus padres y su abuela materna, debido a sus propias experiencias, su niñez fue un crecer con nostalgia y respeto al pasado, emoción de lo que le guardaba el futuro y asombro por lo que iba descubriendo en el presente, todo esto envuelto en un halo de realidad fantástica donde todo podía ser posible. Comenta que se recuerda a si misma con un cuaderno de dibujo en la mano y un par de lápices, afirma que siempre dibujaba para posteriormente vestir el dibujo con marcadores y lápices de colores para darlo por terminado. Le gustaba hojear el cuaderno y contar historias de cada uno de los personajes de sus dibujos a quienes se interesaban en ellos y cuando le preguntaban que es lo que quería ser de grande, ella sin titubeo contestaba que pintora.

Con el paso del tiempo y la aparente falta de seriedad hacia una carrera, cambió el rumbo de su interés hasta elegir un bachillerato técnico en diseño gráfico, en el cual sentó sus bases en el conocimiento de la plástica, tales como dibujo anatómico al natural, dibujo industrial, acuarela, gouache, acrílico y óleo. Posteriormente estudió la licenciatura en ciencias de la comunicación que le ha permitido encontrar diversas formas de comunicarse sin recurrir a la palabra hablada o escrita, sin embargo, ha llegado a combinar el ensayo y la imagen y/o la escultura, cuando la necesidad de transmitir algo, trasciende a usar el mayor número de medios de expresión con el fin de enriquecer o integrar mas no de explicar. A pesar de que en ese tiempo se había desviado de su intención de ser pintora, siempre mantuvo la llama encendida y su deseo de pintar y crear, lo cual hizo realidad una vez que se casó y su esposo la impulsó a desarrollarse como pintora.

Años más tarde, ha buscado por su cuenta como profesionalizarse en el arte, tomó clases de pintura al óleo con Enrique Monraz, un pintor tapatío que le enseño de forma más profunda a usar el óleo, ha tomado clases de grabado, serigrafía, escultura, sin embargo, confiesa que su maestro de cabecera fue Vicente Figueroa, un tío de su esposo, que aunque no lo conoció en vida, sus materiales, bocetos y libros han sido su guía, han abierto sus ojos y sus sentidos hacia técnicas que no hubiera intentado antes y de las cuales ha encontrado su particular forma de pintar.

Cuando se revisa el trabajo de Patricia, es posible observar una marcada evolución tanto en su técnica, su estética, así como en su temática. En aspectos técnicos, ha investigado los procesos antiguos con el fin de elaborar sus propios pigmentos con colores que difícilmente se encuentran en las líneas industriales de óleos. Cuando un artista siente la necesidad de involucrarse más a fondo en todos los aspectos, como entretelar, imprimar o elaborar de manera artesanal sus propios pigmentos, es un claro reflejo de un deseo de comprometerse a fondo con la actividad, involucrarse con la pintura desde su misma raíz o esencia, ya que aparte de ser pintor es ser en parte investigador y alquimista, como lo fueron los antiguos maestros. En cuanto a la estética y temática de su obra, un elemento constante en toda su obra es el magistral manejo de elementos simbólicos y el uso de temas como: la reflexión, la introspección, el tiempo, el silencio, la búsqueda de la esencia y ante todo la libertad, sin embargo, puede observarse que en sus orígenes su pintura era más colorida, luminosa, era más común el uso de planos abiertos y en la mayoría de los casos quien modelaba para las pinturas era su propia hija, en contraposición a que en tiempos más recientes, dominan más los claroscuros y es más común el uso de una iluminación más dramática, son más presentes los planos cerrados, así como el uso de texturas visuales y ahora es ella la modelo predominante en sus obras actuales. Ella ha afirmado en entrevistas que su pintura es un reflejo de su propio proceso de introspección y el nivel de profundización llegó a un punto que su pintura se ha convertido también en un medio de expresión y liberación de su ser y ese fue uno de los motivos por el cual decidió ser ella misma quien represente esas vivencias en su obra y con la intensidad propia de su sentir.

Sus influencias en cuanto a las pintura y las artes visuales son amplias, partiendo de los antiguos maestros de la pintura, podemos mencionar a Van Gogh, Goya, Picasso, así como los grabados de La Divina Comedia de Gustav Doré, las ilustraciones de Las Mil y una Noches de Sherezada entre otros. Al revisar la lista de autores de literatura que le han influenciado en su vida podemos encontrar poetas, cuentistas, novelistas, hasta periodismo crítico, ensayos de filosofía, estudios de psicología o de carácter científico, así como temas relacionados con el arte, como ejemplo podemos mencionar a: Eduardo Galeano, Jaime Sabines, Julio Cortázar, Michael Ende, José Saramgo, los estudios de Carl Jung, Neil deGrasse, Carl Sagan, Stephen Hawking, Andre Comte Sponville, Hans Christian Andersen, Robert Louis Stevenson, Edgar Allan Poe, entre otros. Sus libros favoritos han cambiado con el paso de los años, de niña le gustó mucho Las Mil y una Noches y los Cisnes Salvajes de Christian Andersen. De adolescente fue Momo de Michael Ende y de adulta Los Poemas de Jaime Sabines y El mundo y sus demonios de Carl Sagan entre otros. Le gusta el cine, en particular las películas con guiones creativos, los documentales y la música tales como la música clásica, en particular la interpretada por Piano, Cello y Violín, cabe comentar que la música de David Bowie es fundamental en su vida.

Como se ha analizado anteriormente, el trabajo de Patricia es mayormente introspectivo y ella es una pintora que refleja su mundo interior y su círculo cercano por encima de las circunstancias exteriores como las económicas, políticas y sociales. Sin embargo, es importante conocer el contexto social en el que ella se ha desarrollado como persona y como artista, señalando previamente que ella es contemporánea nuestra tanto en en tiempo como lugar, y aunque ahora sería difícil definir las características de nuestro tiempo por el hecho de estar inmersos en las mismas condiciones, se pueden mencionar algunas de las características del tiempo en el que ha vivido como referencia en este análisis. Creció en México, país capitalista, densamente poblado, multicultural y con una basta riqueza, pero con un nivel de desigualdad social e inseguridad que ha venido en aumento. Nació y ha vivido en Guadalajara, una de las ciudades más grandes y desarrolladas del país y la cual se tiene acceso a casi todos los servicios, está bien comunicada con el mundo y cuenta con varias universidades y con variada oferta cultural, así como es una de las ciudades con más desarrollo en la pintura. México es país vecino de Estados Unidos, que es el país más rico y desarrollado del planeta y aunque histórica y culturalmente son muy distintos, la influencia económica y cultural de este último es muy importante, sobre todo en tiempos modernos. México es un país que nació en medio de muchos conflictos y turbulencias sociales y aunque ha logrado cierta estabilidad social y económica, es un país no tan desarrollado y aún sus retos son grandes. Es un país que en las convulsiones de sus orígenes optó por ser democrático y en el tiempo que Patricia ha vivido, se ha conseguido cierta credibilidad en sus procesos democráticos, aunque aún se arrastran muchos vicios del pasado que dan a la población cierta incertidumbre al respecto. Por el tiempo en que le ha tocado vivir, ha sido testigo de periodos de crisis económica y social, así como otros periodos de paz y de cierta estabilidad económica y social. A nivel global, es posible que le haya tocado vivir en su infancia la guerra fría y posteriormente la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética y con ello, la consolidación de Estados Unidos como potencia hegemónica mundial. La democratización de la computadora y el inicio de la era digital, así como el nacimiento de internet. El cambio de milenio, El ataque terrorista a las torres gemelas, el calentamiento global, el acenso de China como nueva potencia mundial y el uso de la tecnología móvil y las redes sociales como parte esencial en la vida de las personas. A pesar de las características de una época pueden influir en el trabajo de un artista, el trabajo de Patricia tiene muchos rasgos mas atemporales, ya que su temática es más universal, la interiorización y el autoconocimiento son una constante del ser humano en todos los tiempos y todas las culturas y no solo de un tiempo o un lugar, si a eso le sumamos la búsqueda personal por conocer y aplicar las técnicas antiguas en la pintura, así como su inspiración en las antiguos maestros, podríamos observar esos aspectos mas universales en su trabajo.